A través de la mirada del joven Licaón, atractivo discípulo de Sócrates elegido por el filósofo para que le acompañe en sus últimas horas, el dramaturgo Dimitris Dimitriadis erige una torrencial apología del deseo de ofrecerse al otro, capaz de transformar de raíz nuestra existencia ética y política. Un texto de un encanto sobrecogedor en que se condensan con delicada sencillez las grandes turbulencias que laten bajo nuestras rutinas, más o menos acomodadas al mercadeo de emociones y a los afanes de lucro, perdurablemente inscritas en insatisfacciones a menudo estériles. 

      Dimitris Dimitriadis (Tesalónica, 1944) es una de las voces más importantes del teatro contemporáneo, autor de piezas tan emblemáticas como Muero como país. El año 2009, el teatro Odéon de París le consagró toda una temporada como reconocimiento. Sus obras han sido escenificadas por directores como Patrice Chéreau, Yorgos Lanthimos, Giorgio Barberio Corsetti o Michail Marmarinos.