Una voz femenina describe con implacable brutalidad la devastación humana y cultural de un país que ya solo sirve para destruir sus propios miembros con batallas inútiles, sin ofrecer ningún otro terreno fértil donde sea posible desarrollar identidades que puedan encontrar una razón de ser en la comunidad.

 

Muero como país profetiza el final de una forma de entendernos históricamente y antropológicamente, a través de un cuerpo que encarna la esterilidad de una herencia cultural y política que solo consigue ahogar a sus hijos.

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Dimitris Dimitriadis nació en Tesalónica en 1944, y en el año 2009 el Teatro Odéon de París lo invitó a ser autor protagonista de la temporada. Desde la aparición de Muero como país, el texto no ha dejado de ser objeto de numerosos montajes que lo han acabado situando entre los títulos teatrales más importantes de la segunda mitad del siglo XX.